Nota importante:  

Las cantidades que damos para este plato son DESMESURADAS, para unas diez-doce personas. ¿El motivo? Es un plato algo trabajoso de hacer (nótese que no hemos dicho complicado, sólo trabajoso), y que además está de fábula, y que para más señas se congela de maravilla, así que vale la pena hacerlo a lo bestia cuando el bonito está de temporada, y guardar en el congelador varias raciones con su salsita para momentos de apuro o de nostalgia.

 

 

INGREDIENTES

  1. 1'5 kgs. de bonito

  2. 1 kg. de tomates rojos, maduros

  3. 3/4 de kg. de cebollas

  4. 6 huevos

  5. 2 pimientos rojos

  6. 200 gr. de jamón curado, en lonchas no muy finas

  7. 2 ajos

  8. harina

  9. perejil

  10. pan rallado

  11. aceite de oliva abundante

  12. sal

PREPARACIÓN

 

Desmigar el bonito, quitándole muy bien las espinas y la piel. Mezclarlo con los ajos bien picados y con el perejil. Añadir el jamón picado menudito y salar al gusto.

Hervir dos huevos, picarlos y agregarlos a la mezcla anterior. Después, añadir tres huevos crudos y remover muy bien para formar una pasta más o menos homogénea. Ir echando el pan rallado que admita hasta tener una masa trabajable, con la textura de la que se utiliza para hacer albóndigas.

Dividir la masa en tres partes y formar una supercroqueta con cada una de ellas; pasarlas por harina y huevo batido, freírlas en el aceite hasta que cojan color por todos lados, y reservar.

Retirar buena parte del aceite (sólo tiene que quedar lo justo para recubrir el fondo de la cazuela, que por cierto más vale que sea grande...) y dorar en el que quede la cebolla, bien picadita. Cuando empiece a estar blanda, añadir los tomates picados y los pimientos cortados en trozos, sin las semillas. Si se quiere, añadir en este momento un chorrito de vino blanco seco.

Dejar hacer hasta que los ingredientes estén blandos. Después, pasar la salsa por la batidora hasta que quede bien amalgamada, sin tropezones. Colocar en ella los rollos de bonito y dejar hacer a fuego lento cosa de media hora.

 

El rollo de bonito no se debe cortar en caliente, bajo riesgo de armar un puré de lo menos vistoso. Es mejor esperar a que se entibie, dividirlo en tajadas y servirlas en la salsa, que ésa sí debe estar bien caliente.

 Añadir un par de cubitos de caldo de pescado o pollo a la salsa mientras se hace, para que quede más sabrosa; probar el punto de acidez, por si hace falta añadirle una cucharadita de azúcar; y, aunque parezca una blasfemia, echar una buena cucharada de tomate "de bote" para que tenga mejor color.